Siempre será delicado hablar de un tema que atormenta a nuestra sociedad, pero por miedo, negación o incertidumbre no se lo menciona.
¿Cómo le explicas a un padre que su hijo fue asesinado? ¿Cómo encontramos las palabras adecuadas para comunicar a una familia que uno de sus seres queridos se ha convertido en una víctima más de la inseguridad? ¿Cómo enfrentamos una emergencia cuando el rostro de la víctima nos resulta familiar?
Estas preguntas desgarradoras resuenan en nuestra conciencia, y es lamentable que no haya respuesta suficiente para ellas. No existen palabras para describir el sufrimiento de aquellos padres que han presenciado la trágica pérdida de sus hijos.
Publicidad
La inseguridad que abarca nuestro país ha alcanzado un punto alarmante, y la incertidumbre sobre cómo responder a ella nos invade de inquietudes.
Policía de Tena implicado en apuñalamiento de su expareja será procesado por presunto femicidio
Ya no podemos ignorar esta cruda realidad. Las calles están plagadas de balas y sicariatos, la delincuencia se ha vuelto un enemigo incontrolable y, aunque todos somos afectados por sus efectos, nuestras autoridades parecen incapaces de tomar medidas para enfrentarla. ¿Hasta cuándo debemos soportar esto?
Es verdaderamente desgarrador ver cómo jóvenes pierden sus vidas de forma tan cobarde. Es más que lamentable contemplar cómo se apaga la vida de alguien que tenía un futuro por delante.
Publicidad
Pacientes llegan con temor a centro de salud en Ciudad Victoria
¿Quién habría imaginado que, en pleno siglo XXI, el simple acto de salir de casa se convertiría en un constante temor? ¿Quién hubiera pensado que caminar por las
calles nos haría mirar con recelo y nos llevaría a vigilar cada paso?
Publicidad
Es necesario exigir una respuesta efectiva por parte de quienes tienen el deber de proteger a la sociedad. Cada día que pasa sin una solución adecuada es otro día lleno de dolor, miedo y desesperanza. Es hora de preguntarnos nuevamente: ¿hasta cuándo? (O)
Juan Francisco Yépez Tamayo, abogado, Guayaquil