Me hago una pregunta: ¿hasta cuándo? ¡Día a día noticias de robos y asesinatos! Me siento insegura hasta en mi casa. Quiero coger un bus sin ser asaltada, tomar un taxi sin temor a un secuestro express, conducir mi carro sin que me disparen, ir al banco y que no me roben. No quiero estar en el momento equivocado con mi familia y ser víctima de un cruce de balas. Tengo mucho miedo. Escribo estas líneas con lágrimas en medio de la madrugada.

Tengo el corazón roto y la angustia que no sé cómo calmarla. No puedo dormir. Les hago una pregunta: ¿ustedes pueden dormir tranquilos? Ustedes hoy cenaron y en su mesa no les falta ningún familiar. El domingo una familia perdió un hijo, un niño, le apagaron sus sueños en un instante; ese dolor de la familia jamás pasará. ¿Qué más debe pasar para actuar? Les dimos nuestro voto, autoridades, confiamos en ustedes. Muchos –como yo con títulos universitarios, posgrados, futuros Ph. D.– estamos sin empleo, no tenemos la oportunidad que tienen ustedes porque sencillamente no tenemos contactos. A ustedes que tienen el privilegio de tener un cargo, les pedimos que hagan su trabajo; queremos tener la tranquilidad, salir y estar a salvo, queremos que nuestros familiares regresen vivos, queremos seguridad porque ya no queremos tener miedo. (O)

Clara Melissa Guerrero Pérez, magíster en comunicación, Guayaquil