A lo largo de toda la exhortación apostólica Gaudete et exsultate, el papa Francisco ofrece ejemplos que muestran las oportunidades que el día a día ofrece para identificarse con Cristo y “construir, con Él, ese reino de amor, justicia y paz para todos”.

Para comprender la santidad es necesario concebir la vida como misión. Porque Dios tiene un proyecto para cada uno y la santidad depende de nuestra respuesta a ese plan personal de Dios. El cristiano ha de descubrir cuál es el mensaje que “Dios quiere decir al mundo con tu vida”, y su disposición espiritual le permitirá alcanzar la santidad, es decir, llegar a ser “lo que el Padre pensó cuando le creó” y “ser fiel a su propio ser”. Con ayuda de la gracia se puede vivir con amor y ofrecer “el propio testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde cada uno se encuentra”. (O)

Mario Monteverde Rodríguez, doctor en Medicina, Guayaquil