Es lamentable tanto horror de las noticias que son de los robos, los sicariatos, los secuestros, los asaltos, las estafas que captan dinero de personas, y más.

Sin embargo, es más triste que cierta gente en el poder no quiere ver lo que sucede en Guayaquil y el país en general, para no solucionar la inseguridad y el pueblo viva en paz.

Las leyes fueron hechas para proteger a poderosos y delincuentes, no son para la seguridad del ciudadano correcto que trabaja todo el día y lleva el pan a su casa.

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Si sabemos que los delincuentes roban en los buses, entonces los dueños de las cooperativas de transporte deben exigir a sus choferes que no suban a los vehículos a ciertos migrantes que ‘piden’ dinero, muchas veces son causantes de actos ilícitos.

También, las autoridades no deben dar tanta apertura a los migrantes ilegales extranjeros, más bien deberían apoyar a los ecuatorianos desempleados, a nuestros vendedores ambulantes, puede realizar un plan de regularización, capacitación, no incautar los productos que vende nuestra gente humilde que sale a trabajar con lo poco que tiene; y la policía metropolitana no abuse, persiga, no los meta presos, etc.; no son delincuentes, no son invasores, no son indocumentados. Acosan a los ecuatorianos trabajadores informales. Deben cazar a los ladrones, asesinos, corruptos, etc.

El país tiene que cambiar, volver a ser una isla de paz, por eso elegimos autoridades para que nos representen, saquen adelante. El país tiene que cerrar las fronteras a la migración ilícita que solo viene a dañar la paz, los que son delincuentes; y a quitar trabajo, la mano de obra de ecuatorianos, los que solo migran para trabajar y son contactados por ciertos empleadores, jefes abusivos que los ponen a trabajar ilegalmente, les pagan miseria, no tienen seguridad laboral. (O)

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Joaquím Alfredo Barragán Rovira, licenciado en Ciencias de la Educación, Guayaquil