El mundo avanza a pasos de gigantes en temas tecnológicos, pero seguimos arrastrando conductas sociales inflexibles, prejuicios, tabúes, doctrinas, traumas infantiles incluso estereotipos ante la diferencia de sexos, género, incluso orientación sexual diferente a su anatomía. Por eso es la importancia de afrontar estos temas, incluso desde la educación financiera.

Existen a nivel mundial grupos excluidos de la sociedad por ser diferentes a la media o a la mayoría de la humanidad, ya sea por ser o sentirse mujer, anatomía particular o incluso su orientación sexual. Se siguen utilizando desde el hogar o entorno social frases como: la mujer es el motor de la escoba, hombre que se respeta no lava ropa, aunque pegue o mate marido es, el hombre es el rey de la casa, etcétera. Estas frases sembradas en las mentes de niños y jóvenes traen como consecuencia repetir la historia del machismo, la violencia de género, el maltrato a la mujer y la negación a escalar en la sociedad económica y productiva de un país.

Existe mucho que hacer y cada empresa, ciudadano y padres de familia deben romper estos estereotipos que nos alejan entre seres humanos y no permiten que la paz y la armonía fluyan. (O)

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Gunnar Lundh, licenciado, Guayaquil