Huida de capital humano, fuga de cerebro, o brain drain, es un tipo de fenómeno migratorio donde los profesionales altamente calificados migran desde países menos desarrollados a los más desarrollados buscando mejor oportunidad de trabajo, calidad de vida, continuar su educación, realizar investigaciones, etc.

La migración altamente calificada implica la pérdida de talentos que otros países los aprovechan. Las razones son diversas, según los expertos, tuvieron que ver últimamente con la pandemia de COVID–19, la inseguridad, la guerra (más de 600 estudiantes de medicina, ecuatorianos, regresaron a Ecuador desde Ucrania), no recibir poyo adecuado del Estado, estímulo económico, para crecer como profesionales. Hay falta de visión común de la necesidad del desarrollo de la ciencia y la tecnología en el país. Es preocupante para el futuro de Ecuador la fuga de cerebros jóvenes que son la prosperidad. Ejemplo, en la medicina pública es un mal presagio de los tiempos venideros. La medicina es una ciencia que necesita de mucho conocimiento, estudios rigurosos y largo tiempo. En el campo de la ciencia, el azar favorece a las mentes preparadas que dedican muchos años de preparación científica y humanista. La formación de estos facultativos en nuestras universidades públicas cuesta una gran inversión económica que no retornará a la sociedad que financió con sus impuestos la preparación de estos profesionales altamente calificados. Con ausencia de cerebros por muchos años, la ciencia, tecnología, no van a crecer porque se necesita de estos facultativos eruditos en distintas ciencias y en artes, que se desarrollan gracias a la lectura, horas de reflexión, discursos intelectuales con colegas... Sin inteligencia es difícil que un país pueda desarrollarse y enriquecerse. (O)

Jaime Galo Benites Solís, doctor en Medicina, Guayaquil