Ahí está, el primer día que el pueblo de Ecuador quiso acceder por internet a un cupo para poder vacunarse con todas sus familias el sistema colapsó, no se pudo hacer uso del formulario que hay que llenar con los datos de las personas que desean que las vacunen contra el COVID-19.

Muchísimos ecuatorianos no queremos contagiarnos ni morir conectados a mangueras y tubos en una cama de una unidad de cuidados intensivos de un hospital. Tampoco hay camas en las UCI de las casas de salud públicas y pagadas. No queremos contagiarnos y si no morimos, quedar con secuelas terribles como la pérdida de memoria, dolores al cuerpo, pérdida del olfato, pérdida del equilibrio, etc. La brillante idea del Municipio de Guayaquil con el apoyo de la empresa privada, que pedía les permitan importar vacunas con la supervisión del Ministerio de Salud para vacunar masivamente a la ciudadanía y a los trabajadores de las empresas, fue negada ya que el Gobierno dijo –ahora sí– que eso es trabajo de él. Y observamos cómo ya colapsaron por los pedidos. Además, muchas personas no tenemos computadoras, internet ni manejamos esos sistemas. Por qué complican la vacunación dado que existe un virus matando a cada minuto. La idea del Municipio de Guayaquil si la hubieran seguido todos los municipios del país habría ayudado a que en muchos sitios sin aglomeración las personas se vacunen masivamente en un tiempo récord. (O)

Elizabeth M. Sánchez, Guayaquil