Ruido es un sonido o conjunto de sonidos sin armonía ni ritmo, o ‘música’ a más de 70 decibeles. Es desagradable para el oído, dañino para la salud y el medio ambiente.

El tráfico de vehículos, la aviación, el turismo, el comercio, la industria, las fiestas, etc., son fuentes permanentes de ruidos de toda índole. El día contra el ruido se conmemora el último miércoles de abril cada año.

En el Ecuador, la Fundación contra el Ruido, Airecontaminante y Tabaquismo (Funcorat) es la institución pionera que lucha contra el ruido. Casi todas las ciudades, sitios turísticos del país están agredidos e intoxicados de ruido permanentemente, a vista y paciencia de indolentes e inoperantes autoridades que no hacen nada frente a este grave problema. Los reclamos, especialmente los fines de semana, dan lugar a incidentes que han tenido desenlaces fatales cuando alguien se acerca a pedir que bajen el volumen o la bulla.

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El trauma acústico o pérdida total o parcial de la audición por petardos, pitos, sirenas, motores, música alta, etc., es más fácil de padecerlo cuando estamos cerca o expuestos a sonidos fuertes en forma repetida, especialmente si no usamos protección en los oídos; pues la Organización Mundial de la Salud (OMS) lo cataloga como una forma de violencia y agresión.

Trastornos digestivos, afecciones cardiovasculares, problemas cognitivos, podrían estar asociados con el ruido, como las adicciones..., la socioacusia o alteraciones nerviosas, jaqueca, derrames, estrés oxidativo, alteraciones del sueño, de la atención y del aprendizaje; aumento de secreciones hormonales (tiroides/suprarrenales), disfunción sexual, muerte súbita (personas, aves, mascotas), etc. Los niveles de ruido no deben superar los permitidos por la OMS: 65 decibeles en el día y 55 decibeles durante la noche. (O)

Francisco Plaza Bohórquez, ginecooncólogo, Guayaquil