Por la foto en un afiche grande a colores para que provoque comer sea el plato de comida, el sánduche, el postre, el batido con pasteles, etc., el cliente pide y paga. Llega el pedido, es diferente al de la foto bonita, es un almuerzo con medio pollo, maduro... Le dan el plato, pero le han sacado mucha carne, dejaron la mitad del hueso o esqueleto pelado; se ve la huella de que con un cuchillo cortaron, arrancaron la carne del pollo.

Tiene que protestar al jefe o coordinador del restaurante porque el vendedor y el cajero defienden con uñas, dicen que así es el plato que usted pagó, que sí tiene carne el pollo; hacen quedar mal al negocio negando que está bien servido; así pierden clientela. Reclama al jefe, coordinador del restaurante y él ordena cambiar la porción por otra donde verdaderamente está el medio pollo con carne. Para que le den su nueva porción tiene que esperar 45 minutos o una hora. Engañar y abusar de los clientes es dañarse el mismo negocio y marca su reputación, ya que el cliente dice a amigos y por las redes lo que sucedió. (O)

Jorge Alberto Dávila A., Guayaquil