Lo que comenzó siendo un método de transporte rápido y eficiente se ha convertido inseguro: incansables filas, gran cantidad de personas concentradas en un solo lugar, calor, es imposible viajar tranquilo a partir de las 16:00 hasta las 19:00. La Metrovía de Guayaquil se resume en una odisea donde los delincuentes son los principales beneficiados.

Usuarios esperan 15 o 30 minutos un bus. Las paradas de la Troncal 1 se repletan de personas esperando una unidad vacía, cosa que es casi imposible encontrar, pues cuando pasa una no hay dónde poner ni un alfiler. (O)

Hugo Sacoto, Guayaquil