Se fueron a la playa, pero no gozaron porque los asaltaron. No tienen que confiarse en nadie que esté a su alrededor. No deben meterse al mar, ni quedarse dormidos, ni tomar el sol con los ojos cerrados, no tienen que dejar billeteras a la vista ni colgar bolsos atrás de la silla cuando están en la playa comiendo, no se distraigan jugando en la arena fútbol, vóley, porque delincuentes les roban las pertenencias. Dos o tres personas adultas de la familia o amistades tienen que vigilar, cuando los demás toman baños de sol o de mar, comen, juegan, duermen.

Los rateros, carteristas, con cuchillos y pistolas también van al mar, conocen cuando los niños están de vacaciones, cuando hay feriados, fiestas locales, dado que tienen muchas víctimas y trabajo sucio. También los delincuentes que viven en los balnearios, asaltan, roban, en épocas de poco turismo, porque salen de las guaridas a ganarse dinero maliciosamente perpetrando delitos y muertes.

La delincuencia en balnearios y ciudades, el tráfico de drogas, la corrupción aumentaron cuando el socialismo de los “corazones ardientes y las mentes lúcidas” permitió y dejó la mesa servida a la maldad, abrió fronteras, rebajó y quitó penas a las mulas y narcos, hospedó a guerrilleros criminales en Angostura, trajo al país manifestantes violentos y terroristas que hagan bullas, protestas sociales y se quedaron a vivir, o se van y regresan cuando quieren; creó la tabla de consumo de drogas, tapó con nuevas leyes, inmunidad, falsos derechos humanos su corrupción, peculados, sobornos, sobreprecios, valijas diplomáticas con droga, negociados... Ahora vemos consecuencias. (O)

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Adelina Ramírez B., Daule