“De los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda, el libro; todos los demás son extensiones de su cuerpo. Solo el libro es una extensión de la imaginación, el corazón y la memoria”, José Luis Borges. Nada más cierto, el libro constituye un elemento indispensable en la vida de los seres humanos, es una útil y sin par herramienta que nos permite ampliar nuestros horizontes culturales y conocer el mundo exterior a través de la lectura.

A través de toda la historia de la humanidad y, utilizando diversas fibras y materiales, este valioso instrumento ha servido a millones de millones de seres humanos, convirtiéndose en un material tangible que no puede faltar en casa. Los beneficios de la lectura son múltiples, evidentes e infinitos: aumenta la curiosidad, estimula el razonamiento y la creatividad, amplía el vocabulario, mejora sustancialmente la memoria, la comprensión, la expresión oral y la ortografía; facilita la comunicación, el contacto personal y, consecuentemente, ayuda a formar el sentido crítico. Como es obvio, la lectura necesita tiempo, atención, voluntad, compromiso, concentración y reflexión para asimilar e interiorizar

correctamente sus contenidos. El buen lector ama los libros, los ‘saborea’, ‘digiere’ de una manera consciente para disfrutarlo completo. La lectura no debe ser una obligación sino un deleite. Los libros siempre deben estar en un sitio accesible, al alcance

Publicidad

de los niños. (O)

Fabiola Carrera Alemán, Quito