Lectores conscientes de la crisis sanitaria ecuatoriana y global están diciendo que muchos habitantes de Ecuador tienen en sus cerebros mal metido el chip de la ‘nueva realidad’, convencidos del fin de la pandemia y el virus a lo mucho da gripe.

Entendieron mal la noticia que dio el presidente Lasso, quien suspendió los aforos en lugares abiertos y cerrados (y no importa la cantidad de personas aglomeradas), o toman la noticia de pretexto con el objeto: no ser ‘esclavos’ de los demás protocolos de bioseguridad; por tal motivo discuten: “no hay coronavirus”. ¡Quién les hace entender a dichos desordenados inconscientes!, quienes dicen de la mascarilla, en el barrio, “tú, oye, déjate de esa h..., que no se podía respirar..., no te mueres, terminó, cero pandemia, puedes ir a donde quieres”. Los órganos de comunicación, dado que el Gobierno no hace, deben hacer campañas agresivas en el sentido de un disco rayado, repetir por noticias, cortos, cuñas, que sí hay COVID–19, que debemos respetar los protocolos, publicar imágenes de enfermos, y exenfermos que arrastran las consecuencias que les dejó la enfermedad. Los renuentes a las medidas son los que transmiten las nuevas variantes y subvariantes del COVID–19. (O)

Hugo Reyes, Santa Elena