Toda la vida se ha enseñado a las mujeres que no deben lucir ropa muy ‘provocadoras’, salir solas a ciertos lugares de noche; que los hombres proponen y las mujer permiten; que el valor de la mujer lo establece su dignidad. Eso no ha servido para erradicar las violaciones a la mujer.

Entonces, también es hora de educar a los niños, que respeten a las niñas, que un lugar o una ropa no da autorización a nadie para abusar; la responsabilidad no recae solo en la mujer sino en el hombre; dejar de atacarla y de justificar a su agresor. Hagamos el cambio por una realidad libre de abusos y machismo. (O)

Karla Daniela Valencia García, Quito