Esto no es una protesta social, es una marcha delincuencial creando anarquía. Pretenden tomarse por la fuerza el poder constituido. En otros gobiernos sacaron del poder a tres presidentes, pero el pueblo indígena sigue igual de pobre, a diferencia de sus dirigentes que viajan por el mundo.

Exijamos que el presidente Lasso pague la deuda social, invierta en educación, salud, fuentes de empleo. A un pueblo educado gozando de salud, empleo formal, es difícil que el crimen organizado lo enrole en sus filas. Defendamos la democracia, no la toma del poder por asalto. (O)

Édison G. Mora Mora, Guayaquil