Nuevamente existe castigo a la clase media con un incremento en los impuestos. La pregunta que me hago es, ¿para quién son estos dineros?:

¿Serán esos dineros para pagar a los representantes del Congreso y todo su ejército de asesores, sus viáticos, cenas, empanadas?, ¿o será para pagar a esa gran masa de burócratas que ingresaron como cuota política?, ¿o para pagar a todo ese batallón de representantes diplomáticos esparcidos por todos los rincones del planeta?, no nos debería asombrar que aparezca un delegado ecuatoriano asignado ante la ONU por los derechos de piso en el planeta Marte, en Ginebra ...); ¿o servirán para que sigan los negociados de medicinas en los hospitales públicos y en el IESS?, ¿o para distribuir a las decenas de absurdas municipalidades y prefecturas, para que cubran sus gastos administrativos y para reconstruir las obras del antecesor?

Definitivamente existe un dispendio de los recursos del Estado, y las entidades encargadas de controlar y sancionar esto –inclúyase el poder judicial– sencillamente están a la expectativa de obtener su tajada del pastel. (O)

Publicidad

David Ernesto Ricaurte Vélez, ingeniero mecánico, Daule