Hay quienes se oponen a la excelencia en la formación universitaria, habiendo personas que siendo becarias del Estado critican su papel como el de Yachay, Ikiam, etc., que son intentos para que nuestros estudiantes tengan los más altos niveles como se ha demostrado con egresados que obtuvieron reconocimiento internacional; pero ciertos intereses afectados pierden la medida lógica sobredimensionando supuestas irregularidades, de las que deberían responder administradores, contratistas, fiscalizadores, etc., mediante auditorías técnicas y no políticas.

Igualmente el abandono punible de la educación, la salud, el IESS, los servicios públicos..., que el peor gobierno de la historia 2017-2021 trajo; y la destrucción no solo de escuelas y colegios que no se concluyeron por incumplimientos de contratos que pudieron haberlos dado por terminados y adjudicarlos a otros en el infortunado gobierno anterior, cuyo extitular en recientes declaraciones de manera escabrosa argumentó que su desempeño fue para evitar que nos convirtiéramos en Venezuela; siendo responsable de la conducción del país, cómo pudo tomar rumbo nefasto bajo su propia dirección. En cualquier caso, el país fue desmontado sistemáticamente, quizás con el afán de demostrar cómo puede ser un gobierno en manos de la incapacidad y de la mala intención de destruir todo. (O)

María Anunzziata Llerena Naranjo, Guayaquil