Unos pocos no pueden elegir por la mayoría de los padres ecuatorianos, pero esto está por suceder si no reaccionamos a tiempo. La Asamblea pretende aprobar el proyecto COS (Código Orgánico de la Salud) que busca arrebatarnos la potestad que tenemos los padres sobre nuestros hijos. Quieren que el Estado decida por los padres. Con pretexto de velar por la salud sexual de los niños y adolescentes, les quieren dar ‘autonomía’, poder sobre sus cuerpos para abortar, mutilar sus genitales por autopercibirse distintos a su sexo natural biológico.

De igual forma, a través de la maternidad subrogada, se quiere promover el alquiler de vientres, generando comercialización de la mujer (como si solicitasen servicios de prostitución) para que sirva de recipiente para el producto que está comprando. Si es cierto, en el proyecto de ley se indica que no estarán permitidas las contraprestaciones económicas para estos casos, no es menos cierto que esto no asegura que se haga mercado negro en su entorno, similar al de la trata de personas, el tráfico y venta de niños. Aprobar la legalidad del alquiler de vientres, no dejará de ser problema ético y moral. Supongamos que es ordenado un bebé con especificaciones determinadas y no resultan tales, ocasionando un rechazo de los solicitantes, ¿cómo la ley asegurará que ese bebé va a ser acogido en sano ambiente familiar sin ser despreciado? El aparato estatal en Ecuador ha demostrado ser mal cuidador de los intereses ciudadanos. En 30 años, un registro civil con índices de corrupción donde se manipule información de niños concebidos por alquiler; o una autoridad sanitaria que confunda los registros de gametos almacenados, produciendo luego la unión de genes con rasgos de familiaridad y deformaciones genéticas. Por esto y otras razones, el proyecto del COS debe ser rechazado y archivado. (O)

Ricardo A. Valero Macías, abogado, Samborondón