Desde que el ser humano empezó a vivir en sociedad, se empezaron a construir espacios materiales comunes, en una casa puede ser el comedor o la sala; sería un desperdicio de recursos si cada persona que comparte una casa tiene que construir su propio comedor, lavandería, etc. Aunque esto parece sentido común, si lo trasladamos a la ciudad o país funciona del mismo modo. Los espacios públicos optimizan recursos.

Los hospitales, centros educativos, espacios de recreación y todo lo que compartimos no son construcciones que nacieron desde el abstracto Estado, son una traducción del impulso humano que busca el bien común; son espacios como nuestra sala o comedor, sin embargo es habitual en el país que estos bienes públicos sean descuidados porque al parecer le damos mucho peso a la propiedad privada. Seguir tolerando la decadencia en la que vivimos a pretexto de que algunos pueden pagar instituciones privadas, es un grave error en una sociedad. Es importante tener claro que también somos dueños y responsables de los bienes públicos y tenemos el deber ciudadano de cuidarlos. No podemos permitirnos como sociedad a acostumbrarnos a tener hospitales decadentes, centros de estudios sucios, carreteras, bienes comunes en mal estado; no podemos permitir gobiernos que no tengan como prioridad soluciones. Un ejemplo de recuperación de bienes públicos es lo que está sucediendo en la Universidad de Guayaquil, limpieza y orden. Los que estamos viendo cambio para bien, no permitamos volver a tener una universidad en ruinas. (O)

Christian Pavón Brito, profesor universitario, Durán