Alerto a las familias no abrir la puerta a desconocidos que tocan los timbres con el objeto de preguntar si está tal persona que efectivamente vive en dicho lugar. No dé ninguna información personal a nadie, no permita que ingresen. Responda que está llamando a la policía.

Existen muchos delincuentes que averiguan nombres, apellidos, horarios de actividades de los miembros de los hogares, algunos engañan que son indigentes arrimados en paredes, parados o sentados a las entradas de restaurantes, almacenes, dulcerías, negocios (...), recostados en los parterres, las veredas, las jardineras y los bancos públicos de la regeneración urbana; chamberos registran en las fundas y los tachos de la basura en las calles, pero están observando movimientos de las viviendas, los negocios, del público que circula a pie, en vehículos. Hablan rápido como cantando, como los personajes de las novelas colombianas y venezolanas. Necesitamos policías, seguridad en las calles. (O)

Nery J. Vergara L., Guayaquil