¿Conviene el aeropuerto de Guayaquil en Daular?

Nadie en su sano juicio buscaría vivir cerca de un aeropuerto. El ruido de los aviones afecta la salud y al medioambiente. Lo afirmo porque resido dentro del cono de aproximación de los aviones que aterrizan en el aeropuerto de Guayaquil y aún con los motores casi en ralentí el ruido es insoportable. No se diga para los que viven hacia el centro de la ciudad, por donde los aviones despegan a su máxima potencia. Por eso creo que vivir por Chongón no será nada placentero, aunque al paso que vamos el traslado demorará unos diez años que dura la concesión. Considero que el nuevo aeropuerto de Guayaquil no debería estar en Daular. La opción de construirlo en la Base Aérea de Taura no es descabellada, pues estaría más cerca del centro de la masa del gran Guayaquil, el conglomerado urbano más grande del Ecuador. Para ello toda la II Zona Aérea se trasladaría a Taura y las terminales se podrían hacer al oeste de la pista actual. Además, se conectaría más rápido por la autopista Durán–Boliche, la vía Durán–Tambo y con las conexiones viales del puente Sur de Guayaquil. También se beneficiarían los viajeros internacionales del centro y sur del país que ahora usan el aeropuerto de Quito, etc. La otra opción es hacer el aeropuerto en la isla Santay que tiene las dimensiones apropiadas sin afectar los manglares, pero de seguro saldrán los ecologistas que dicen que humedal es hasta el río Guayas. También se necesitaría un sistema de puentes o de túneles para unir a la isla con Guayaquil y Durán, pero el Ministerio de Obras Públicas no puede ni con el proyecto del puente Sur de Guayaquil que se lo dieron haciendo consultores guayaquileños. No se trata de aguarles la fiesta a los emprendedores de la vía a la costa, pero por suerte la señora alcaldesa no ha dicho que el aeropuerto en Chongón va porque va. (O)

Carlos Luis Hernández Bravo, ingeniero civil, avenida Samborondón