Es increíble el desorden de cómo se maneja la puesta de las vacunas contra el COVID, en nuestro medio, y con seis ministros que han pasado por el Ministerio de Salud, médicos pero, parecería, no administradores de planificación. Tendrán consultorios de atención a pacientes o trabajan o trabajaron en hospitales públicos y privados, pero ¿son expertos para planificar una vacunación masiva en época de pandemia grave?

Es justificable hasta cierto modo, porque esta pandemia vino a cambiar las costumbres de todos dado que el mundo está pasando por un proceso similar. Uruguay, un país cinco veces más pequeño que el nuestro en número de habitantes, ya ha vacunado más allá de un millón de personas.

Desde el 21 de enero arribaron las primeras dosis de vacunas de las farmacéuticas Pfizer, AstraZeneca/Oxford y Sinovac al Ecuador. Las autoridades no tienen claro aún una planificación general en todas las provincias para permitir de forma simultánea vacunar por prioridades: adultos mayores y jubilados; personal de primera línea y el resto de la población y, por sobre todo, que sea la misma vacuna de la misma marca que reciban las personas, las dos veces que les tocaría vacunarse. Está demostrado que son políticos los que manejan este proceso y no administradores. (O)

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Roberto Flores Torres, ingeniero, Guayaquil