Gracias al trabajo duro de mis padres vivo entre comodidades, pero ese no es el caso de millones de ecuatorianos. Conocí niños que comen una vez al día, no asisten a la escuela, no tienen ropa, para quienes es privilegio poder recibir cosas que otros no usan, botan.

Podemos ayudar a través de las fundaciones que se dedican a quienes más necesitan, entre todos aportar con nuestro granito de arena. (O)

Melany Belén Rosales Salcedo, 20 años, Santa Bárbara, Pichincha