La carta se basa en la entrevista del canciller de la Federación de Rusia, Serguéi Lavrov a la cadena de televisión rusa Pervy Kanal; al hablar sobre el papel de Occidente en el conflicto en Ucrania, criticó su persistencia en el envío de armas a Kiev: “Todo el mundo lanza un conjuro para que no se produzca una tercera guerra mundial bajo ninguna circunstancia. Es en este contexto donde hay que ver las constantes provocaciones del presidente ucraniano, Vladimir Zelenski, y su equipo”.

Y afirmó: “Casi exigen la introducción de tropas de la OTAN para defender al Gobierno ucraniano. Pero todo el mundo dice siempre que le dará armas a Kiev. Esto también echa leña al fuego. Quieren obligar a los ucranianos a luchar contra Rusia hasta el último ciudadano, aunque solo sea para que este conflicto dure más tiempo, para que Rusia —esperan— sufra más y más por ello”. En esta misma línea, el canciller ruso declaró que mientras casi todos los líderes de la Alianza Atlántica han afirmado que sus soldados no van a participar en el conflicto, Polonia promueve la idea de llevar a cabo “una operación pacificadora” en Ucrania, señalando que el país europeo está “claramente interesado en enviar sus tropas allí bajo banderas de mantenimiento de la paz. A continuación podemos imaginar cómo se manifestará la reminiscencia histórica de los polacos que se encuentran en su antiguo territorio, es decir, el oeste de Ucrania”, agregó. En este contexto hay que añadir que llevábamos años intentando que la OTAN atienda nuestras preocupaciones de seguridad. Pero a pesar de sus promesas, el bloque venía expandiéndose, llenaba a Ucrania con armas y alentaba su curso antirruso. Advertíamos de la inadmisibilidad de arrastrar a Kiev en la Alianza y propusimos sellar acuerdos de seguridad que reflejarían los intereses de todos los países en la región euroatlántica. La expansión de la OTAN no tiene nada que ver con los objetivos estatutarios, es la explotación de territorios bajo el mando de EE. UU., en línea con la consolidación y el intento de perpetuar el mundo unipolar. (O)

Vladimir Sprinchan, embajador de Rusia en Ecuador, Quito