Continúan las hostilidades armadas, diplomáticas, económicas, etc., entre Rusia y Ucrania, y asimismo continúa el desangrado de civiles y militares sin avisos de paz.

El mundo participa directa o indirectamente en la solución utilizando los medios a su alcance, pero hasta el momento no ha contribuido con todas las fuerzas posibles y necesarias. Hay algo que no se lo ha utilizado en una forma oportuna y completa como es la poderosísima arma que ya la utilizó Moisés en sus guerras y no necesita de dinero ni muerte de inocentes. Esta arma que todas las naciones del mundo la deben utilizar para alcanzar la gloriosa paz y justicia en estos momentos es que Rusia, Ucrania y el mundo entero nos convirtamos a Dios, a la Santísima Trinidad, tengamos fe, hagamos oración y ayuno. Celebremos la Semana Santa y la pasión de nuestro Señor Jesucristo poniendo nuestro propósito y convicción en la oración hasta alcanzar la paz, la justicia y el amor. (O)

Vicente Eduardo Ocaña García, médico, Guayaquil