Realmente llama la atención que el presidente de la República, siendo guayaquileño, no se ocupe de la construcción del quinto puente, la ha dejado en manos de regionalistas, y lo más sorprendente es que algunos viven en Guayaquil y no se preocupan de cómo debe ser esta obra para el futuro de la ciudad.

Guayaquil está caotizada por la transportación pública y por la que sale del puerto y usan la vía Perimetral, que se ha convertido en un peligro. Se habla de un sistema de contratación pública y privada donde el Estado tiene que poner parte del dinero. No, señores presidente y asesores regionalistas, para construir la obra tiene que haber una licitación nacional e internacional con un financiamiento transparente. ¡Ya basta de tomarnos el pelo a los guayaquileños y posponer la importante construcción! No entiendo cómo no reclaman por esta situación las cámaras asentadas en Guayaquil, la Junta Cívica, las agrupaciones que dicen que luchan por la ciudad. (O)

Álvaro Luque Benites, abogado, Guayaquil