Los diez años de Correa no han sido suficientes, quieren más; no importó el país con tal de captar las dignidades.

El Creador nos aconseja: “... pero debes saber que en los últimos días vendrán tiempos críticos y difíciles de soportar. Porque la gente será amante del dinero, arrogante, no amarán lo que es bueno. Aléjate de ellos” (2 Timoteo cap.3).

En otro ámbito de los acontecimientos, recordemos en qué terminó la propuesta de “perdón y olvido”. Sería muy beneficioso si el bloque que se formó para elegir a la presidenta de la Asamblea, Guadalupe Llori, se consolidara con propuestas de gobernabilidad como ella lo propuso.

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El general Alfaro dijo: “El momento más oscuro anuncia la llegada de la aurora”.

Estamos en el mayor auge de la corrupción, en el momento más oscuro de la honradez, no se la ve.

Cojamos a la corrupción en su momento más alto para combatirla con magníficos resultados.

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En el aposento contiguo al despacho presidencial operaba la corrupción que se aprovechaba para actuar sobre seguro. Del gabinete presidencial ampliado era parte el contralor del Estado, quien para embromarnos dijo y propuso que un antídoto para la corrupción era crear el Tribunal de cuentas; nunca nos enteramos de su estructura. ¿Alguien puede creer que el contralor controlaba?

El primer problema del país es la corrupción, ocasiona un sinnúmero de efectos negativos, su combate mejoraría la caja fiscal, el rendimiento de los funcionarios y robustecería con su ejemplo la moral pública.

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Hay un centenar de sistemas para combatir la corrupción desde la más rústica y barata que aplicaba don Buca, hasta los métodos más sofisticados. (O)

Rafael Mendoza Avilés, abogado, avenida Samborondón