Las autoridades exigen a los padres de familia mandar a los niños a clases a las escuelas, porque el coronavirus está en bajada, no hay aforos, no hay semaforización de la pandemia.

¿Por qué unas autoridades de educación –con el apoyo del Gobierno– dicen que vamos camino a descartar la pandemia y quitan muchas medidas de control, ya con eso el COVID–19 se extinguirá del Ecuador y de toda la Tierra y ningún profesor, rector, chofer de bus, vendedor en bar de escuela, inspector, portero, secretario, y más aún ningún alumno no se va a contagiar porque nadie va a llevar el virus? ¿Quién lo garantiza? ¿Quién se responsabilizará con los gastos y atención de médicos, clínica, alimentación, tratamientos poscovid; cuando un estudiante se enferme y pase a toda su familia el coronavirus y sus padres hasta pierdan el trabajo por no poder trabajar? ¿Quién garantiza que solo se podría contagiar una persona, pero no va a morir, no va a tener secuelas? ¿Los rectores, directores, profesores, estarán junto a cada alumno chequeando que no tomen agua del mismo termo, no se abracen, no estornuden, no se saquen la mascarilla, no se acerquen...; entrarán a los baños, bares y a todas las áreas de las escuelas a cooperar con la limpieza y desinfección cada hora, de los pisos, muebles, objetos, etc.? ¿No han visto lo que pasó en China y otras partes donde volvieron a recaer por imaginar que ya no había pandemia? La educación presencial no la tienen que imponer. Los padres son los que deben decidir si sus hijos siguen estudiando por internet o los mandan a sentarse a los planteles; nadie más debe decidir por la seguridad y la vida de los hijos, que los padres de familia. (O)

María Virgina de Torres, Guayaquil