La corrupción tiene extremos de cinismo y falta de todos los valores.

Ciertas autoridades públicas denunciadas por actos inmorales, ilegales, deshonrosos, que perjudican al Estado, cuentan con respaldo de otros corruptos, burlando las leyes. Sin vergüenza se agarran de los cargos, con grilletes, o en calabozos, siguen siendo autoridades. (O)

Alina Garzón, Machala