El análisis histórico del Ecuador es tan revelador como triste y decepcionante. Conociendo sus abundantes recursos: fertilidad de suelos, riqueza mineral, generosidad de sus aguas, climas, paisajes y sobre todo la calidez de sus habitantes; ¿por qué somos un país empobrecido, atrasado y dividido?

Atribuirlo a las mezclas genéticas pre y poscoloniales sería abonar argumentos al trillado discurso antiimperialista, puesto que todos tenemos la misma ascendencia. Debe existir un factor selectivo que nos desfavorezca. Estoy por creer que es el destino definido como la misión histórica de una colectividad, el causante de nuestras desgracias. Ejemplos: a) El sector indígena arrastrando más de 500 años el estigma de la esclavitud ha alcanzado con gran perseverancia y honestidad como nacionalidad, posiciones que lo dignifican y nos enorgullece, mas, posiciones sectarias de ciertos ‘líderes’ con retóricas impositivas y amenazantes evidencian la intención de forjar un Estado paralelo a cuenta de ‘conquistas reivindicatorias’, comprometiendo el proyecto de sus bases que son el auténtico movimiento indígena creador de una nueva clase que ha dinamizado nuestra economía con visible ponderancia.

b) Algunos integrantes de organizaciones sociales, gremiales o que representan minorías e instituciones representativas del país encargadas del control, legislación, justicia, etc., son agentes de corrupción, abusos, inmoralidad, entre otros vicios, poniendo de manifiesto su inhumanidad, ambición de poder, riqueza desmedida, interés de mermar la población y dominarla; ciertos dirigentes, políticos..., negociables, camiseteros, algunos encarcelados por inmorales, son los depredadores del país.

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Intentemos construir el futuro educando nuevas generaciones con principios que instituyan un país vivible. (O)

Joffre Edmundo Pástor Carrillo, licenciado en Educación, Guayaquil