Considero que nadie tiene derecho a quitar la vida a un ser humano que en ningún momento pidió nacer. Entiendo, debe ser traumático pasar esta macabra experiencia de la violación, la mujer debe quedar con problemas psicológicos muy fuertes, y el despreciable autor de la violación merece que el peso de la justicia caiga sobre él, penas de 30 años o cadenas perpetuas de reclusión sin opción de rebajas de años.

La ley de la Asamblea Nacional que permite el aborto hasta las 18 semanas, y que el presidente de la República ha vetado a 12 semanas, sigue siendo injusta porque al final se quita la vida a un ser inocente. Pienso, una opción, cumplan con el ciclo normal del embarazo y al nacer ese ser lo entreguen al cuidado de centros a los que pueden acudir parejas que desean adoptar niños. De tal manera, no quedará en la memoria de quienes participaron de esta barbarie peso en sus conciencias de ser parte, coautores, de esta ley del aborto que ninguno objetó. Puede quedar en la memoria que salvaron vidas. Y para el violador no haya perdón ni olvido. (O)

Vicente Quiroz, Guayaquil