Vivimos momentos difíciles e incomprensibles, y esto lo genera la clase política inculta e inhumana hacia sus mandantes o electores. Se evidencia una carencia de principios morales y cívicos, y sin estos no tendremos resultados para un Ecuador muy rico en recursos, pero muy pobre cuando se trata de quienes administran la cosa pública.

¿Es posible cambiar esta cruenta realidad? Por supuesto que sí, es muy posible siempre y cuando la ciudadanía active su conciencia electoral ciudadana, evitando caer en dádivas o falsas promesas de trabajo a cambio de apoyo popular, pero cada día más se palpa que están perdiendo campo en el ámbito político, dando clara luz de su acabose político.

¿Quiénes tienen la decisión de desterrar y marginar a los liderzuelos y falsos mesías? Nosotros, la ciudadanía.

¿Quiénes tienen la decisión de desterrar y marginar a los liderzuelos y falsos mesías? Nosotros, la ciudadanía en general. ¿Cómo? Castigándolos con el voto, este 2023 debemos elegir gente nueva y olvidar drásticamente una frase popular que rechazo absolutamente como ‘es mejor malo conocido que malo por conocer’, borremos esa frase que promete esclavitud y recordemos que somos libres y pluralistas en todo sentido, exterminemos a los líderzuelos y sus sargentones políticos a través del voto popular.

Publicidad

¿El CNE es confiable para la ciudadanía? Absolutamente no; este organismo no goza de credibilidad ya que se han repartido la mayoría de las delegaciones provinciales, es decir, no existen garantías.

Debemos crear conciencia ciudadana urgentemente y proponer una campaña en la que rechacemos categóricamente estás prácticas avaladas por el gobierno central y los organismos de control estatal; expongamos a los candidatos y sus pasados negruzcos dentro de la cosa pública.

El poder lo tenemos la ciudadanía, no 4 o 5 atracadores del sueño ecuatoriano que es tener salud, educación, trabajo y seguridad. (O)

Publicidad

Jaime Andrés Véliz Ortiz, abogado, Guayaquil