Es una pregunta generalizada en todos los ámbitos del Ecuador, ¿qué pasa con la justicia?, podemos decir que la hacen los jueces, los fiscales, la Corte Nacional, el Consejo de la Judicatura, entre otros. Ellos muestran constante mal ejercicio jurídico, político, ético. Leyes existen en cantidad, lo que falta es calidad y aplicación correcta y justa.

Hay decisiones de autoridades, por encima de la ley. Es innegable en el sistema judicial la pésima formación de la mayoría de sus integrantes, altos niveles de desconocimiento e interpretación, corrupción, lentitud de trámites, interminables obstáculos premeditados en los procesos. Si no existe un sistema judicial confiable por el profesionalismo de sus jueces, la honestidad de sus magistrados y el prestigio de sus instituciones; pesarán los intereses, sobre la justicia. Así mismo algunos partidos políticos y líderes se han forjado ‘gracias’ a su control sobre el poder judicial. La desconfianza ciudadana en el poder judicial es de 70 %. El problema del sistema es estructural, permitiendo el libertinaje delincuencial en la aplicación de medios de protección como el arresto domiciliario, el habeas corpus, la cooperación eficaz, las disculpas públicas... Tribunales emiten fallos que ponen en libertad a ladrones, criminales, traficantes de drogas, violadores, rateros de bienes públicos, etc.; a pesar de tener sentencias en firme por cohechos, peculados, concusión, etc. Al momento, hay un inédito entre la Corte Nacional de Justicia y el Consejo de la Judicatura, acusaciones de metidas de manos en la justicia; por otro lado la fiscal general, Salazar, advirtió el uso político de la justicia. Señor presidente, Lasso, ponga orden en el país. (O)

Robespierre Rivas Ronquillo, licenciado en Comunicación, Guayaquil