Con verdadera indignación pude ver en los noticiarios de los canales de televisión que productores bananeros lanzaron en las vías y al río racimos de banano en señal de protesta por la falta de apoyo del Gobierno a agricultores; exigen que les compre un millón de racimos semanales, ya que hoy en día se cerraron los mercados con los que comercializaban, por efectos de la guerra entre Rusia y Ucrania, que hoy pasa factura al sector bananero.

Es entendible la frustración que sienten después de escuchar el mensaje del presidente de la República, Guillermo Lasso, que lamentablemente no brindará apoyo al sector exportador de la fruta. En estos tiempos de crisis económica agudizada por la pandemia de COVID–19, mucha gente ha quedado sin empleo, ha incrementado la pobreza, la desnutrición en sectores rurales; siento dolor por la falta de empatía de aquellos que bien pudieron regalar el producto a la gente de escasos recursos económicos que hoy abundan en el Ecuador. La crisis no debe deshumanizar. Reflexionemos en la actitud que tomamos ante la vida, miremos con ojos de compasión al prójimo. Los alimentos que se desechan con soberbia pueden paliar el hambre de niños pobres, Dios permita que los productores y exportadores encuentren mercado para el banano ecuatoriano y no se pierdan plazas de trabajo ni cosechas. (O)

Édison Gelacio Mora Mora, Guayaquil