En el transporte, las filas, los supermercados, los bancos, los malls, miras personas apuradas de provisiones por la Navidad y fin del año, de dinero, bebidas, comida, regalos, juguetes, ropa, tortas, etc. Oyes los planes: “vamos a tomar todas estas bielas (cervezas)”, “quemaré duro el viejo con bailada”, “me invitaron a la playa a farrear”.... Poco oyes: “me cuido del virus”, “no quiero quema, accidentes”...

Un pueblo se mueve, contagia, transmite un virus peligroso. No existen medidas de salud, del Gobierno, que sean más estrictas. Toman suave la pandemia, se engañan que el virus “solo da una pequeña gripe”. Sabemos que estamos en una época que da origen a una bomba de tiempo, los resultados explotarán al fin de mes después de las comidas, farras, gastos, aglomeraciones; dichos resultaron develizarán enfermedades, deudas, incremento de COVID, de víctimas de la delincuencia, estrés... (O)

Elizabeth Mariscal, Guayaquil