La cita bíblica: “No puede el árbol malo dar frutos buenos”, advierte que de una persona infame no se puede esperar buenas acciones.

Transcurridos casi dos meses del nuevo Gobierno, ¿cuándo se cambiará a las cuotas políticas que aún laboran en el Ministerio de Salud Pública, es decir a ciertos directores hospitalarios, coordinadores zonales y distritales que los últimos 14 años sirvieron a un modelo político experimental sin visión de servicio social? No se puede servir a dos amos –reza otra cita bíblica–, es a Dios o al diablo. Me resulta inaudito que alguien en sano juicio, me refiero al Gobierno, considere apto a ciertos servidores públicos que germinaron y se amalgaron en una administración estatal incompetente y amañada; y su ratificación en cargos augura que en cuatro años volveré a cuestionar esta paradoja laboral. (O)

Olga Esperanza Suárez Maldonado, Cuenca