Sin duda, las Olimpiadas de Tokio 2020 son históricas para nuestro país y esto brinda al Poder Legislativo la oportunidad para impulsar leyes que beneficien a los deportistas.

Es humillante que haya glorias deportivas que deban preocuparse por su subsistencia cuando entrenan para dar triunfos, como Carapaz y Dajomes; o su antítesis, la compatriota que ha terminado en un puesto de legumbres (nada malo ser comerciante, lo malo es el descuido gubernamental). Por tanto, los periodistas tenemos compromiso con la sociedad, debemos siempre aportar ética, ideas y propuestas de cada aspecto que afecta o beneficia al pueblo, sin ver quién es el que gobierna el país. Es fácil decir desde los entes gubernamentales que hicieron esto o lo otro por el deporte, cuando la realidad, que es otra según los entrenadores, los desmiente públicamente. A través del periodismo de opinión debemos dar al ciudadano de a pie las herramientas necesarias para que tenga claro su papel en la cosa pública, invitándolo a ser actor social de su propio destino y no mero espectador. No es posible que se gasten las autoridades millones de dólares en comprar vehículos para usos oficiales, cuando en la educación y en el deporte no invierten dinero correctamente. Tanto el deporte como la educación deben ser prioridades: el deportista debería tener un monto económico estipulado que pueda dedicarse por gran tiempo en deportistas y lleven una vida bien entrenada, equilibrada; y el docente, no debería ser humillado y tener que mendigar un dinero que le corresponde por su dedicación; él educa para escoger las profesiones que todos conocemos. (O)

K. Wilfrido Barragán Hernández, licenciado en Periodismo, Guayaquil