Los médicos y personal de salud están muy agotados por el esfuerzo sobrehumano que están realizando en las áreas críticas de los hospitales. El problema de fondo es la falta de conciencia de la verdadera realidad de infectarse por una variante de SARS-CoV-2 y presentar una enfermedad severa complicada.

La falta de infraestructura tecnológica y de recursos sanitarios en el país hace que el tratamiento innovador y biotecnológico no esté al alcance de todo el universo de pacientes que tienen enfermedad severa con SDRA (Síndrome Distrés Respiratorio Agudo) y sobreinfecciones por bacterias Multidrogorresistentes (MDR), y necesitan tratamientos complementarios como ECMO, circulación extracorpóreas; y BAL, lavado bronquioalveolar, por medio de broncoscopías y diagnósticos por pruebas avanzadas de biología molecular y MALDI-TOF (espectrometría de masas). Esta clase de pacientes necesitan tratamiento individualizado por un equipo multidisciplinario en áreas críticas.

Ciertos infectados por coronavirus, con enfermedad leve, concurren a brebajes de charlatanes y chamanes que sacan provecho del desconocimiento del enfermo. La medicina moderna y vanguardista va de la mano de la ciencia y la biotecnología, no puede estar fundamentada en pócimas y hierbas para tratar un virus tan letal que está en constante mutación. El SARS-CoV-2, que causa enfermedad respiratoria grave, infecta tanto la vía respiratoria superior como las células epiteliales alveolares, produciendo lesiones pulmonares desde leves hasta graves. Los virus o partículas víricas también se detectan en otros órganos como riñones, hígado, intestino delgado, así como en las heces.

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Es de suma importancia que las autoridades de salud apoyen el trabajo de los equipos de médicos multidisciplinarios que día a día luchan en las Unidades de Cuidados Intensivos, para salvar pacientes graves de COVID, complicados. (O)

Jaime Galo Benites Solís, clínico intensivista, Guayaquil