Por el último estallido social ocurrido con la protesta de la Conaie han existido criterios diversos a favor y en contra de los protagonistas, por un lado quienes están convencidos de que los sectores más pobres deben ser atendidos urgentemente y los otros que creen que el establishment no merece cambio porque ellos viven sobre comodidades.

Para nadie es desconocido que los recursos económicos asignados a la educación y a la salud son insuficientes y no cubren la demanda social de los hogares más pobres que no pueden recibir educación y salud de calidad, como lo establece la Constitución de la República. Alrededor del 70 % de la población económicamente activa está en desempleo y subempleo y el sueldo básico apenas cubre el 60 % de la canasta básica familiar mensual. Si a ello agregamos la inseguridad ciudadana extrema que vivimos como producto del narcotráfico y la delincuencia, resulta que tantas falencias para la sociedad producen el estallido social, y deben recibir tratamientos dichos problemas, para ir solucionándolos en los sectores pobres; también están los jubilados del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social a quienes no les resarcen el pago justo de sus pensiones jubilares, por culpa de una resolución ilegal del Consejo Directivo del IESS que violenta la Ley de la Seguridad Social y abusa de los jubilados. (O)

Jorge Gilberto Ortega Tapia, abogado, docente jubilado, Guayaquil