El Diario EL UNIVERSO publicó el 1 de junio del año actual una información de gran contenido humano, que once privados de la libertad (presos) se graduaron como resultado de estudios a distancia, gracias a una valerosa iniciativa de la Universidad Católica de Guayaquil.

Después, con ocasión del paro de la Conaie y de otras organizaciones de trabajadores, agricultores, pueblo, nos enteramos de otra acción de gran contenido humano, esta vez protagonizada por la Universidad Politécnica Salesiana brindando albergue y ayuda a una multitud de la población indígena, humilde luchadora reclamando sus derechos y de la población menos favorecida de Ecuador. Surge una gran pregunta, ¿qué tienen en común estas dos universidades?, que conocen y practican la ley de Dios. Recuerdo que hace más o menos 20 años abrió sus puertas en Guayaquil la Universidad Politécnica Salesiana, era dirigida acertadamente por un sacerdote con la colaboración de profesionales graduados en la Escuela Politécnica de Guayaquil; nos enseña que las personas que conocen a Dios tienen accionar diferente a los que no lo conocen. Dos de las maravillosas cualidades que exhibió Jesús fueron la humildad y la ayuda a los más necesitados, dijo: “De cierto os digo, que en cuanto lo hicisteis a mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis” (Mateo 25:40). Jesús se refiere a las personas que no están en capacidad de protegerse ni defenderse por sí solas, como en el cobarde ataque con bombas lacrimógenas a los protagonistas del paro que se encontraban en la Casa de la Cultura de Quito. (O)

Carlos Timoleón Garcés, contador, Guayaquil