Desde hace dos años aproximadamente, en muchas manzanas de las ciudadelas Alborada y Samanes –que he constatado–, han instalado puertas metálicas inclusive en las veredas y sin la presencia de guardianes que las controlen, muchas están cerradas las 24 horas, permitiendo solo el acceso a quienes tienen las llaves de los candados, las chapas o de los controles automáticos, complicando el ingreso a los que quieren acortar camino, a repartidores de diarios, comida, agua, gas; vendedores, recolectores de basura, personal de mantenimiento de servicios públicos, los lectores de medidores, etc.

Las instalaciones de las puertas se han efectuado por el creciente auge delictivo; el foco infeccioso que se da en el sector de Albocentro cinco, etapa once, por la presencia de viciosos y delincuentes, ha llevado a moradores a instalar puertas metálicas que obligan a transitar solo por las avenidas principales para ir al sector comercial. Me consta que en la etapa once no funcionan los otrora comités, sirven por un momento cuando el Municipio obliga a agruparse y pedir que les hagan obras, pero cuando se requiere guardianías, es sálvese quien pueda. Tarea para las nuevas autoridades: aplicar correctivos sin abultar la burocracia, comenzando en las ciudadelas del norte. Si el Municipio no obliga la presencia de guardianes, por lo menos obligue que permanezcan abiertas de 06:00 a 22:00, las puertas laterales que están en las veredas. (O)

Jorge William Tigrero Quimí, economista, Guayaquil