Seguimos observando el público, unos presencialmente y otros por medio de los periódicos, las redes sociales, las cadenas de televisión, las radios; de los asesinatos a sangre fría a plena luz del día.

Los sicarios se mueven con total libertad, nunca nadie ve dónde se esconden, por dónde llegan y por dónde se largan después de acribillar a las personas a las cuales las estudian, cada paso, cada movimiento; para sorprenderlas en un determinado momento y dispararles y quitarles la vida. Este negocio sucio llena las calles de sangre de Guayaquil y todos los puntos de la patria. Cuáles son las redes que manejan el sicariato en el Ecuador. Quién podrá acabar con esta desgracia que denigra más a nuestro país. Qué autoridad le pone fin. (O)

Julio Veloz M., Guayaquil