El 2020 se inició con alertas sobre contagios de una neumonía atípica que para marzo alcanzó el nivel de pandemia, y culminó con el acelerador puesto en el desarrollo y producción de vacunas a gran escala contra el COVID-19.

A la par de grupos que militan para desacreditar las vacunas, existe también avidez por acceder a la inmunización para detener los contagios y las muertes.

Por recomendación de la Organización Mundial de la Salud y en acuerdo con los centros de investigación y desarrollo, la comercialización de las vacunas se realiza de manera directa entre farmacéuticas y Gobiernos. El sector privado aporta su contingente para dar soporte logístico.

Sin embargo, no faltan los señalamientos por insatisfacción con la gestión realizada o por considerar que los planes y las prioridades establecidos no son óptimos. Pese a ello, es una buena noticia para el Ecuador que a 20 días de iniciado el año 2021, el país registró el arribo del primer lote de vacunas contra el COVID-19 y arrancó ayer con el plan piloto o fase cero de la inmunización.

Según reportes de prensa, Israel es el país que ha demostrado mayor eficiencia en torno a las campañas de vacunación emprendidas, a tal punto de que ello le permitiría levantar las restricciones desde principios de marzo. Con base en información difundida por el director de la División de Relaciones Internacionales de su Ministerio de Salud, “la campaña de difusión para la vacunación fue crucial”.

La difusión eficiente de comunicación es un elemento importante para la comprensión de procesos que involucran participación masiva. Se deben explicar detalles importantes, como el traslado y la distribución en lotes manejables, por qué las entregas se hacen de manera escalonada, cómo funciona la preservación, el beneficio personal y familiar que reporta aplicarse la vacuna, la importancia de completar las dos dosis y de no abandonar las medidas de bioseguridad mientras se logra la inmunización del 60 % de la población, entre otros aspectos. (O)