¡Se me acaba el tiempo!, llego a este último instante con vida y consciente para entregar este legado a todos mis hijos:
Les dejo el mejor paracaídas para que tengan confianza y seguridad de éxito, cada vez que se lancen en proyectos. Dejo tiempo para que se arrepientan de lo que dejaron de hacer. Dejo palabras de aliento a quienes nunca entendieron que la vida es fábrica de opuestos en continua contradicción. También palabras indispensables para solucionar problemas: perdón, te quiero, te extraño, eres importante. A mis hijos del sector privado, les exijo unir todos los esfuerzos para empujar al sector público a ordenar el desorden. A mis hijos informales, que utilizaron para asentar sus “derechos” veredas y calles con impunidad pasmosa, les dejo la oportunidad de calificarse y asentarse en sitios adecuados con estabilidad y orden.
Prohíbo que los GAD administren las playas, no tienen idea de cómo protegerlas ni hacerlas productivas. Dejo el decreto que transforma las oficinas públicas en organizaciones de desarrollo y progreso. Dejo una gran trampa que capture ratas por una Asamblea, partidos políticos y el sector público. Dejo una condena humillante a la vergonzosa Asamblea que mantiene en su seno a ciertos hijos descalificados. Dejo un estigma a la política que camina por senderos de oportunismo, engaño, corrupción. Dejo la constitución del 98 para que reemplace a la nefasta vigente que conduce al país a la catástrofe económica, política, social. Les dejo el compromiso de seguir siendo jóvenes hasta la última campanada de sus vidas. Entrego este testamento diferente, contando los últimos segundos para celebrar que descubrimos lo que el tiempo vale y que cada día sea un resucitar para seguir avanzando. El nuevo año les traiga ética, vergüenza, inteligencia y honestidad. Me voy con la pica de saber si el propósito del COVID-19 es que los mayores anticipemos nuestra salida, por necesidad de juventud para el desarrollo tecnológico o para facilitar un reordenamiento de ingresos en beneficio del planeta que hemos maltratado. ¿Qué nos traerá el 2021? Una escafandra para no contaminar. (O)
Otón Arboleda Sánchez, Salinas, Santa Elena