La tradición de representar en un monigote los acontecimientos sobresalientes de todo un año impuso durante mucho tiempo la costumbre de elaborar al ‘año viejo’ con figuras políticas que habían acaparado la agenda mediática en repetidas ocasiones.

Con el ritual de la quema del ‘año viejo’ se pretendía erradicar lo malo para abrir paso a lo bueno anhelado en el año nuevo.

Los registros gráficos de más de una docena de años dan cuenta de cómo quedó en desuso la costumbre de elaborar monigotes de personajes políticos, según los artesanos por prohibición impuesta no expresada, pero sí controlada. Entonces las calles se fueron llenando de figuras deportivas y de personajes de películas y series populares.

Este 2020, la clase política ha recuperado espacio entre los ‘años viejos’, y aunque se elaboran solo bajo pedido, ya se los puede captar en las calles. Algunos personajes se volvieron más notorios por su actuación en el contexto de la pandemia, otros por su exposición como candidatos y algunos por estar involucrados en hechos de corrupción, que este año han compartido el protagonismo en los noticiarios a la par que la pandemia, la inseguridad y las capturas de cargamento de drogas.

Por la prohibición de quemar años viejos en espacios públicos y la venta de pirotecnia este 2020, luego de despedir el año los monigotes deberán ser destruidos de manera creativa. Tiempos atípicos requieren encontrar nuevas soluciones.

De cualquier manera, ver nuevamente monigotes de figuras políticas es un síntoma que evidencia algo más de tolerancia hacia la expresión ciudadana.

En esa línea, entre lo bueno de este 2020, teñido de angustia y dolor por la pandemia de COVID-19 y sus secuelas, los ecuatorianos podemos congratularnos por la reforma legislativa, de gran relevancia, que corrige la temeraria actuación del correísmo de controlar la comunicación a través del Estado. La Asamblea, por unanimidad, votó para que la comunicación en el Ecuador vuelva a ser un derecho humano y ya no un servicio público. (O)