Caminamos lentamente: hace quince años negociábamos un acuerdo comercial con Estados Unidos, lo dejamos por erradas visiones económicas, y recién el 8 de diciembre dimos un nuevo primer paso y faltarán muchos más si los nuevos gobiernos (americano y ecuatoriano) deciden continuarlo.

¿Por qué es importante? Sencillo, es clave mejorar el acceso al mercado más grande del mundo (300 millones de personas, $ 20 trillones de PIB). ¿Mejorar? Sí, eliminar aranceles, barreras, y quizás lo más importante: crear certeza de largo plazo sobre las condiciones de acceso a ese mercado (que actualmente renegociamos cada dos años) fundamental para inversionistas locales o externos. Sencillo: si usted tiene un negocio en cualquier barrio, ¿no quisiera acceder a barrios donde hay más consumidores con mayores ingresos? Sin duda. Aunque esté consciente de que hay dificultades, competidores fuertes, nadie le regalará nada, ¿no lo intentaría?

¿Cuál es entonces la duda? Básicamente que los americanos también tendrían una mayor apertura para acceder a nuestro mercado y eso afectaría a nuestros productores. Es verdad, pero es la regla básica del intercambio: yo vendo mis productos porque alguien me vende los suyos. En cualquier lugar la gente sale a vender a otros barrios, y los otros (quizás mejores) vienen donde usted, sucede todos los días… ¿y nos molesta? No, sabemos que eso amplía nuestras oportunidades de vender y al mismo tiempo las de comprar, porque ambas son esenciales: nos especializamos en algo para vender y generar ingresos, para con eso adquirir otras especializaciones (y si son buenas, mejor aún). Vender (tener ingresos) es el medio para alcanzar el objetivo de gastar (bienes de consumo o inversión, ahora o en el futuro) en lo que otros producen.

… ¿Que al comprar perdemos potenciales empleos nuestros? Sin duda, pero no es razón para frenar esas compras. Imagine, si usted sale a comprar ropa (con los ingresos que generaron sus ventas), pero piensa: “Planeaba comprar esta ropa, pero no lo haré porque es un malgasto de mis ingresos, es una oportunidad perdida de generar yo mismo esas ventas y empleo, así que voy a tejer mi propia ropa”. Y así pretende tornarse especialista en todo lo que no hace “porque así me autogenero más ingresos y más empleo”. Absurdo. Hay que especializarse en lo que uno mejor sabe hacer y, claro, en el tiempo incrementar el valor de esas ventas… Pero ahí algunos plantean: los tratados de comercio y la competencia en el mundo impiden que uno pueda mejorar el valor de su especialización, uno se queda atrapado en materias primas de bajo valor. Está muy lejos de ser cierto, todo lo contrario. ¿Es difícil aumentar el valor de la especialización? Por supuesto, y eso lo sabemos en la vida personal o empresarial. Pero salir al mundo, prepararse, competir, aprender es la mejor manera de lograrlo. No es quedándose en casa.

Para países pequeños hay una regla muy simple: abrirse al mundo, aprovechar las oportunidades que ahí existen, estando conscientes de que hay riesgos pero de menor impacto. Aprovechar el intercambio que es un camino de doble vía: exporto más para poder importar más. Aprovecho mi especialización (cuyo valor debo incrementar) para adquirir la especialización de otros… ¡Comercio es de ida y vuelta! (O)