Vi la serie en Netflix Gambito de dama. Fascinante. Para los que no tienen la suerte de conocer el ajedrez, seguramente no sabrán qué significa. El ajedrez es un combate entre dos personas utilizando fichas con sus propios y únicos movimientos, como peones, caballos, torres, etc.; en un tablero cuadrado de 64 escaques (casillas) generalmente de color blanco y negro, alternadamente en 8 filas y 8 columnas. Un bando lo constituyen las fichas blancas y el otro las negras.
El que juega con las piezas blancas siempre hace el primer movimiento, inicia el ataque, y las negras, a defenderse. Por tal motivo a las jugadas del blanco se conocen como aperturas, y las respuestas del negro, como defensas. El extraño título, Gambito de dama, se refiere al nombre de una de las tantas aperturas de este juego. Así como la niña ajedrecista de la serie empieza a jugar a los 9 años, a esa edad (y mucho antes ) han empezado miles de niños en el mundo. Yo fui uno de ellos. Es un juego donde la inteligencia emocional está ligada al placer de vencer al contrario haciéndonos creer que somos superiores... Jugué en torneos, gané muchos, algunos de manera invicta. Me retiré a mis 14 años. Me estaba volviendo ‘loco’. No hacía otra cosa que pensar en jugadas y movimientos de ajedrez, nuevas formas de ataque o defensa. Era una obsesión. Pero antes disfruté de esa práctica silenciosa llena de gestos y morisquetas que podía durar muchas horas y no darme cuenta. Así como recomiendo ver esta serie, sugiero que aprendan a jugar ajedrez, es el tipo de ejercicio que se necesita para sacar músculo al cerebro. (O)
Roberto Montalván Morla, músico, Guayaquil