Los ciclos políticos electorales sirven para reflexionar sobre los temas que nos afectan como sociedad, y la manera de resolverlos. Caso contrario, quedamos en la pelea por los votos que ciertamente divide, y así solo resolvemos problemas coyunturales y cambiamos de rumbo cada 10 años.

La agenda parte obviamente de visiones ideológicas, que se decantan en dos vertientes que no pueden “juntarse en el medio”, pero sí buscar espacios de acuerdo. Uno, el liberalismo: el individuo, su libertad y organizaciones más cercanas (familia, empresa, etc.) son el centro de construcción de la vida y la sociedad. Dos, el socialismo: la colectividad y el “bien común” son el epicentro social, y desde ahí (desde la política) se dan pautas para la acción colectiva. Aunque visiones muy diferentes, hay que discutir la agenda de todos… ¿qué temas hay hoy en Ecuador?

Uno, Estado. Decidir qué funciones (directas o indirectas) son realmente productivas para la sociedad (económica, social e institucionalmente), caso esencial: salud y educación. Y evaluar qué tipo y niveles de impuestos son los más adecuados, que no distorsionen la asignación de recursos (ejemplo, no sesgar a favor del capital o del trabajo, o no favorecer el consumo frente al ahorro).

Dos, relaciones laborales. Aplicar el sentido común: qué impide crear empleos en el país, qué impide mejor capacitación para evolucionar o cambiar de empleo, qué impide ajustar salarios y contratación a las circunstancias coyunturales (buenas o malas) y a la productividad de largo plazo.

Tres, sistema de pensiones. Es insostenible, atentando contra sus dos roles: económico (ahorro de largo plazo) y humano (pensiones dignas). Requerimos una reforma a fondo en edad y monto de jubilaciones, además de la tasa de aportes, pero sobre todo en la esencia: pasar de un sistema monopólico de reparto a uno de capitalización individual con solidaridad.

Cuatro, competencia. Los países pequeños se desarrollan hacia el mundo: exportan para traer recursos. Debemos buscar tratados de comercio con EE. UU. (el mercado más grande del mundo), la Alianza del Pacífico y más. Eliminar el ISD, bajar aranceles. Además fomentar la competencia interna que en muchos casos está viciada, para lo cual la apertura es muy útil, como el caso de la banca (convertirnos en centro financiero es el objetivo de varios candidatos, es muy bueno).

Cinco, recursos naturales. Si tenemos esa riqueza patrimonial, debemos utilizarla. Hay desafíos: hacerlo de manera amigable con el medio ambiente (hay empresas mundiales de calidad ya presentes en Ecuador que pueden hacerlo), con respeto a las comunidades (que no sean “manipuladas” por el gobierno, empresas, líderes u oenegés) y utilizar bien los recursos (no pueden convertirse en “botín” de nadie… y quizás lo mejor es que capitalicen el sistema de pensiones).

Algunos plantean lo contrario: más Estado y más cargas sobre los ciudadanos, más monopolio de la seguridad social, menos sentido común en las relaciones laborales, menos apertura al mundo, limitaciones al uso de los recursos naturales. ¡Muy peligroso!

Y hay más: corrupción, impacto de las nuevas tecnologías, cambio climático, desigualdad, nueva geopolítica mundial… ¡Mucha tela para cortar en las próximas elecciones! (O)