El 3 de noviembre se realizarán las elecciones en Estados Unidos. Entramos a los días claves de la campaña presidencial con los tres debates (Trump vs. Biden) que se realizarán el 29 de septiembre (Ohio), el 15 de octubre (Florida) y el 22 de octubre (Tennessee), sin perjuicio del debate de los candidatos a vicepresidente (Mike Pence vs. Kamala Harris) que se realizará el 7 de octubre (Salt Lake City). La encuesta publicada por @Politics_Polls el 27 de septiembre determina una diferencia a nivel nacional de diez puntos a favor de Biden –quien marca un 54 % contra un 44 % de Trump– ventaja nada despreciable si comparamos con la elección anterior que a esta misma altura de la campaña (tercera semana de septiembre) Hillary apenas le sacaba dos puntos de ventaja a Trump.

La última oportunidad que tiene Trump para remontar la diferencia son justamente los tres debates en los que intentará desacreditar a su rival con su particular forma de debatir que le funcionó frente a Hillary. Hoy, al frente, estará un hábil político como lo es Joe Biden, quien goza además de la experiencia de haber sido un activo vicepresidente de Barack Obama durante sus dos periodos y haber sido reelecto seis veces como senador por el estado de Delaware y quien además acaba de salir victorioso de las primarias del partido Demócrata luego de más de una docena de debates.

La agenda de los debates estará marcada por temas de importancia actual, como el manejo de la pandemia y la crisis económica por el COVID-19, los enfrentamientos raciales, los excesos de la fuerza pública, la seguridad nacional, el medio ambiente, la política migratoria, las relaciones con Venezuela y Cuba, etc. Sin embargo, para mal de Trump, tal parecería que el tema del COVID-19 será el gran protagonista, tomando en cuenta que hay más de 200 000 muertos y una crisis económica muy compleja de superar.

Latinoamérica no es desconocida para Biden; fue el vicepresidente norteamericano que más viajó a la región, conoce perfectamente a los países y sus problemas, conoce a varios de los presidentes y líderes políticos, comprende perfectamente la idiosincrasia latina y el momento histórico que se vive incluso por la pandemia. Su campaña ha sumado importantes grupos latinos, entre ellos el de Ecuatorianos con Biden, liderado por Aníbal Romero, abogado ecuatoriano experto en migración y permanente luchador por los derechos de los migrantes. Esta estrategia es un acierto: las tendencias de votación son favorables a Biden en los estados con más influencia latina, como Florida, Nueva York, California e incluso hasta la misma Texas. Los hispanos representan hoy el 13,3 % del padrón electoral.

La agenda con los migrantes latinos está marcada por la reforma migratoria, el muro con México, el caso Venezuela, la problemática de los centros de detención en la frontera y, por supuesto, la economía que, por el COVID-19, ha golpeado especialmente a esta comunidad por la crisis en la industria gastronómica y de entretenimiento donde eran ampliamente empleados. Biden tiene la experiencia y el potencial para reinaugurar la relación con Latinoamérica, para ello debe ganar; está muy cerca, solo lo alejan tres debates. (O)