El planeta está migrando hacia una economía libre de carbono, y como pasos previos vemos decisiones como la tomada por el gobernador de California de prohibir la venta de vehículos a gasolina a partir del 2035 debido a que, según estudios recientes, cerca del 95 % de la contaminación existente se debe a las emisiones del sector del transporte. Europa desde hace ya varios años propone medidas para sustituir el uso de los vehículos de combustibles fósiles por vehículos con combustibles alternativos, como lo son la electricidad y el hidrógeno. Para ello, ha instalado electrolineras y estaciones que permiten la recarga de los vehículos por toda la urbe. Además plantea un crecimiento de cerca del 25 % en la producción de vehículos eléctricos hasta el 2025. El cambio climático es una prioridad en la agenda mundial, y con él se producirán cambios en todos los sistemas financieros a nivel global.

La decisión de California, por ejemplo, se respalda en poseer 34 empresas que fabrican y producen vehículos eléctricos, sobre todo Tesla, con sede en Palo Alto. El valor combinado de estas compañías es de medio billón de dólares. Con un horizonte de quince años, California fortalecerá las regulaciones orientadas al desarrollo de tecnologías limpias, que puedan reemplazar a los derivados del petróleo en el sector automotor y luego lo extrapolará a los demás sectores. Con seguridad, otras ciudades del mundo empezarán a tomar este tipo de estrategias para descarbonizar su economía con miras al 2045.

Ecuador es un país cuya economía depende directamente de la venta de petróleo, como ingreso principal a las arcas del Estado. Los negocios relacionados con el petróleo aportan al país divisas, además permiten equilibrar la balanza comercial y contribuyen con el presupuesto del Estado. El petróleo es entonces uno de los pilares productivos de la economía ecuatoriana. Con los cambios que el mundo se empieza a plantear, seguramente el precio del barril del petróleo entrará en una fluctuación que afectará gravemente a nuestra ya deteriorada economía, en los momentos en los que tenga valores inferiores a los que se presupuesta. Luego, cuando se produzca el reemplazo total de los combustibles fósiles, perderemos la principal fuente de ingresos del país. Es urgente que el Ecuador empiece a crear leyes que permitan investigar y desarrollar tecnologías que apunten a la movilidad limpia, para ser capaces de empezar a producir baterías eléctricas y otros elementos que nos permitan integrarnos al transporte del futuro.

Las leyes deben apuntar hacia el ingreso de capitales mediante empresas que quieran desarrollar este tipo de tecnología y vean al Ecuador y Sudamérica como un mercado potencial. Si no empezamos a trabajar en este tipo de regulaciones desde el 2021, nos rezagaremos aún más en la brecha tecnológica que nos separa del primer mundo. Estas regulaciones deben también incluir a la academia y centros de investigación especializados, de manera que además de la inversión extranjera en movilidad seamos capaces de desarrollar localmente tecnología que permita crear empresas nacionales y crear una competencia justa en el mercado. (O)